PEDRO SANCHEZ-ALGABA GIL
Cada día estoy más convencido que aquellas personas que amamos realmente a los animales, nacemos con unos genes especiales; genes que empiezan a manifestarse desde la más tierna infancia.
MI HISTORIA
No me considero una persona especial, muy al contrario, soy una persona muy normal, con mis limitaciones y con mis grandes defectos, pero con un gran amor hacia todos los animales en general.
Desde mi tierna infancia, y posiblemente por la influencia paterna, comencé a respetar de una manera extraordinaria a todos los seres vivos, que vulgarmente llamamos animales.
Para mí, era un gran placer encontrar un pobre gorrión que ha caído prematuramente del nido y ayudarle a sobrevivir hasta que sus pequeñas alas le permitieran volar e integrarse con los de su especie, o encontrar un cachorro de perro o de gato, que algún desalmado había abandonado a su destino, para mí era un orgullo poder colaborar en su supervivencia.
Esta forma de ser, me llevo a dedicar mi existencia a la ayuda de los animales, por lo cual, me decidí a estudiar Veterinaria.
Desde muy joven y con la colaboración económica de mi padre, a pesar de pertenecer a una familia humilde, comencé a criar animales.
Me inicie en el mundo de la ornitología, criando canarios y algunas especies silvestres. Mi afán por aprender, me llevo a convertirme en Juez Internacional de varias variedades de pájaros de jaula, recorriendo toda la geografía de nuestro país en numerosas ocasiones e incluso juzgar el Campeonato del Mundo.